27 octubre 2010

La práctica en el Trabajo Social

Me permito destacar y al mismo tiempo compartir la oportunidad de haber asistido a una práctica foránea a la región de la Montaña y Costa Chica en el Estado de Guerrero junto con mi grupo de práctica regional 1712 coordinados por la profesora Luz Noemí Navarro Márquez.

A través del presente trabajo pretendo destacar la importancia y lo más significativo del trabajo realizado en dicha región, pero también contrastarlo con los conocimientos previamente adquiridos en los semestres pasados, todo desde una mirada crítica-reflexiva señalando los elementos que me dieron y fortalecieron en particular mi proceso enseñanza-aprendizaje.

Puedo mencionar, que a partir de esta experiencia, el Trabajo Social desde su origen, tiene un carácter eminentemente práctico, considerada como una disciplina científica nueva y joven; es en este sentido que la hace distinta de otras disciplinas y en el momento de generar una base de saberes y conocimientos propios.

El Trabajo Social en la comunidad, a nivel local o regional, nos permite conocer las características de los sujetos y las condiciones de las comunidades que se pueden encontrar en situación de riesgo social; detectar las necesidades reales y potenciales, analizar los elementos causales que pueden generar condiciones de dificultad.

Según García Longoria (2000), en la práctica diaria el trabajador social, al hacer lo anterior, se convierte en un teórico diario ya que tiene que entender y explicar los fenómenos sociales si quiere actuar de la forma adecuada. Dicha organización de conocimientos y saberes adquiridos es importante para comprender la compleja realidad que enfrenta.

La teoría para el Trabajo Social, en términos sencillos, proporciona el camino para ordenar y definir hechos y acontecimientos que facilita la comprensión y el poder describir aspectos de la realidad social, ya que sin ésta sería difícil ordenar, clasificar o incluso escapándose elementos de nuestra atención.

Sin embargo, hay quienes afirman que la teoría implica distanciamiento y objetividad, lo cual choca con la cercanía y subjetividad de la práctica profesional del trabajador social.

En este sentido, el Trabajo Social a lo largo de su historia ha construido y dotado de sistemas racionales que hagan más científica su labor en el mayor ámbito posible; introduciendo a su literatura nuevos conceptos como cálculo, evaluación, predicción, fiabilidad. Todo ello en un mundo cambiante y caótico.

Sin embargo, recordemos que los problemas con los que se enfrenta el trabajador social no son problemas que se puedan resolver sólo de forma técnica y racional, puesto que algunos problemas son complejos, cambiantes e inciertos, para lo cual no existe un “supermercado” de teorías concretas, sino en ocasiones sólo pueden ser resueltas desde la práctica y desde la subjetividad del trabajador social.

Los problemas de esta realidad social no se encuentran bien construidos, al contrario, se presentan como indeterminados e inciertos. En estos casos, el trabajador social, interviene e interactúa con el problema, lo único y lo incierto del mismo, y ahí desarrolla una nueva teoría para el caso concreto (problema) que enfrenta, que es la que va guiar y orientar sus acciones posteriores. A partir de este momento se genera un saber práctico derivado de una “reflexión en acción” por medio de la interacción del problema.

El conocimiento adquirido de esta manera no solo establece una reflexión más cercana entre teoría y práctica. Con el saber práctico los trabajadores sociales no sólo son teóricos, sino que son prácticos, concretos e intuitivos, añadiendo elementos del razonamiento.

En este contexto fue como se desarrollo dicho grupo de práctica regional, y en particular, este servidor, en la cual se abordaron, metodológicamente, situaciones sociales colectivas mediante la organización y la participación popular; descubrir necesidades y potencialidades de las comunidades, tomar contacto con la gente, desarrollar la voluntad de trabajar para resolver necesidades, repartición de tareas, cuidar las relaciones, etc.

"La lucha por entender el comportamiento y las relaciones, acciones y decisiones, actitudes y motivaciones, necesita ser mantenida siempre si la práctica quiere ser efectiva y cuidadosa"(1).

Por ello, la importancia de que los estudiantes de Trabajo Social tengan presente, en su formación académica, la experiencia de la práctica como medio y fin para reconocer los elementos que se están gestando en nuestra sociedad cada vez incierta.

Ya que es a partir del contacto con la realidad y con las personas que aprendemos y compartimos; aprender para compartir y reflexionar sobre el papel que tenemos no sólo como jóvenes o universitarios, sino como protagonistas de nuestra historia, de nuestro tiempo y de nuestra sociedad.

Además, la práctica en si misma da cuenta de una experiencia formativa significativa para los trabajadores sociales, creo que la práctica es una herramienta fundamental dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, y es al mismo tiempo, una oportunidad para ampliar nuestra mirada y reafirmar el compromiso como universitarios, y en específico como futuros trabajadores sociales frente a la compleja realidad que se está gestando.

Porque el Trabajo Social es vida, pasión y amor.


Oscar Gutiérrez Sánchez (Consejero Técnico)
Séptimo semestre, Grupo 1714. Turno matutino.
Número de Cuenta: 302078947


(1) Fernández G. Tomas. Trabajo Comunitario, Organización y Desarrollo Social. Alianza Editorial, España, 2005.

* Fotografía: Grupo de Práctica Regional 1712 ENTS-UNAM

14 octubre 2010

Trabajo Social, un primer acercamiento a las opciones de empleo

Seguramente, la pregunta que más se realiza en los primeros semestres de cualquier carrera, o bien cuando un maestro tiene su primer contacto con el grupo; o simplemente entre los mismos compañeros es: ¿por qué elegiste esta carrera? Lo primero que convendría analizar es si fue elegida o impuesta.

En la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), de acuerdo con el Primer Informe de Actividades de la maestra Gracias Casas Torres, el 54% de los alumnos que llegan a estudiar a la ENTS, provienen de bachillerato ajeno a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), lo que significa que debieron realizar examen de admisión y por ende elegir la carrera de trabajo social.

A partir de este dato podríamos analizar dos situaciones. La primera nos indica que la anterior y la actual administración han hecho un trabajo de promoción efectiva, lo que ha permitido a la carrera nutrirse de personas que llegan por elección y no por imposición.

En una segunda situación podríamos considerar el que muchos estudiantes la utilizan como trampolín para acceder a otra carrera, que de acuerdo con el Reglamento General de Inscripciones, pueden cursar o en forma simultánea al tener cubierto el 50% de los créditos o al término de la primera carrera, con un promedio superior a ocho.

En los últimos dos años las autoridades de la ENTS han detectado una tendencia y es que los grupos ya no se van reduciendo conforme avanza en semestres una generación. Ello sin lugar a dudas es positivo si lo comparamos con el nivel de deserción, que a decir de los directivos se ha reducido considerablemente.

A partir de los datos descritos en el Segundo Informe de Actividades de la maestra Casas, sabemos que a la ENTS ingresaron, para el periodo 2010-1, 2 mil 282 estudiantes tan sólo en el sistema escolarizado. Respecto a los egresos, se leen las siguientes cifras: en el ciclo escolar 2008-2 egresaron 50 personas procedentes de otras generaciones; en el semestre 2009-1 salieron 322 estudiantes; mientras que en el semestre 2010-1, 256.

Es decir, cada año, tan sólo la ENTS y a través de su sistema escolarizado, saca en promedio al mercado de trabajo a poco más de 250 pasantes de trabajo social.

Y aquí inician las preguntas centrales de este trabajo. ¿Cómo se vincula el trabajador social con un empleo? ¿Qué tipo de empleos va a encontrar el trabajador social recién egresado? ¿Cómo está el mercado de trabajo para nuestra disciplina? ¿Qué estrategias seguir para vincular al estudiante con el mercado laboral? ¿Hay indicadores sobre la oferta y demanda de trabajadores sociales? ¿Qué tan reales son las cifras de empleo, que maneja el gobierno?

Primero, conviene identificar la forma en que el pasante o estudiante se vincula con un empleo. Para efectos de este trabajo consideramos cuatro formas, principalmente: a) a través de la realización de prácticas o servicio social, que concluyen con el ofrecimiento del empleo; b) mediante de la recomendación por parte de conocidos o familiares; c) la forma común, que implica realizar una búsqueda en periódicos, bolsas de trabajo, ferias, etcétera o d) a partir del autoempleo. Estas categorías no son rígidas y claro que existe interacción entre ellas.

Para este artículo sólo tomaremos en cuenta dos de las cuatro modalidades antes expuestas.

Vinculación a través de prácticas y/o servicio social

La carrera de trabajo social tiene una cualidad, que no tienen otras y es la realización de prácticas: comunitaria, regional e institucional. A través de ellas el estudiante, demás de llevar a la práctica lo aprendido en las aulas, reflexionar y hasta mejorar su formación, puede vincularse permanentemente con diversas instituciones. Incluso, a través de estas prácticas puede acreditar cierta experiencia que al momento de solicitar un empleo, en su mayoría es necesaria. Aquí la importancia de fortalecer esta área, aunque no abordaremos este tema dentro de este trabajo.

Dentro de este nivel, también encontramos la vinculación a través de la realización del servicio social. De acuerdo con el Informe de Actividades 2009 - 2010, en el último, en la ENTS, se registraron 109 instituciones, que abrieron espacios para os trabajadores sociales en 431 programas.

Sobre esta última modalidad, destaca la ausencia de un indicador mediante el cual se analice qué porcentaje de alumnos que prestan su servicio social, se quedan a laborar en esa institución. En caso de existir, no es público. Un elemento difícil de soslayar en este nivel de análisis, es el hecho de que muchas instituciones han incorporado el esquema de servicio social a sus procesos de operación, como una forma de evitar contrataciones, dada la alta oferta de mano de obra gratuita y disfrazada, pero obligatoria para titulación.

Vinculación común

En realidad, es esta la modalidad en la que nos centraremos. En este nivel tenemos a profesionistas que se vinculan con un empleo a través del uso de periódicos, bolsas de trabajo, ferias, entre otros sistemas de reclutamiento, con una variable adicional: la característica de masivos.

La lógica diría que esta es la forma más utilizada para encontrar un empleo, sin embargo varemos más adelante si esto es cierto o no y qué tanto aplica para los trabajadores sociales.

Para acercarnos ligeramente a esta realidad analizamos el número de vacantes relacionadas con trabajo social que se ofertan a través de la segunda bolsa de trabajo, más conocidas y consultada en México: www.computrabajo.com.mx

Primero ingresamos a la opción “Ver empleos” donde aparece un motor de búsqueda con 4 variables distintas: Lugar, Categoría, Fecha y Tipo; además de una quinta opción que permite incluir palabras clave que facilitan la localización.

Para delimitar nuestro trabajo tomamos como referencia, la variable de Lugar (Zona), que redujimos al Distrito Federal; en el campo de Categoría, jugamos con las opciones pero nos centramos en: “otros, recursos humanos, administración/oficina y científico/investigación”; en la Fecha, solicitamos ofertas de los “últimos 14 días” (Periodo del 20 de septiembre al 3 de octubre de 2010.); mientras que en Tipo pusimos “cualquiera”, ya que este incluye todas las opciones. En el último campo escribimos, en forma indiscriminada las palabras: trabajadora, trabajador social; trabajadoras, trabajadores sociales.

Al correlacionar todas las variables anteriores descubrimos que mientras se escriban palabras clave, el motor de búsqueda arroja como resultado el mismo número de ofertas. A partir de los datos anteriores localizamos once ofertas.

Para ser candidato a alguno de estos once empleos, tenemos que en dos de ellos, piden de forma tajante ser licenciados en trabajo social; en siete les resulta indiferente el contratar a un trabajador social de nivel técnico o licenciatura; en otra de las opciones no aclaran específicamente el nivel requerido y en otra más no se señala en forma directa a la disciplina, pero la descripción del puesto está relacionada con a las actividades que realiza un trabajador social, sin que ello sea rígido o exclusivo de la disciplina.

Si sacamos un promedio, a partir de los salarios ofrecidos en aquellas ofertas que así lo informan tenemos un monto de 4 mil 75 pesos mensuales.

Los datos oficiales

La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) cuenta con un servicio público de información sobre lo que ellos denominan “las características y el comportamiento de las ocupaciones y las profesiones más representativas en México”, que opera vía internet, denominado Observatorio Laboral (OLA).

Ahí se afirma, con base en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), que en 2010 hay 54 mil trabajadores sociales asalariados, lo que significa un aumento de 4 mil, respecto al año 2009. 90 de cada 100 trabajadores sociales son asalariados.

Según esta fuente, aquellos trabajadores sociales recién egresados de licenciatura ganan en promedio 5 mil 273 pesos mensuales. Aquí la primera discrepancia entre la realidad y las cifras oficiales, si tomamos en cuenta los datos encontrados en Computrabajo.

Más aún. La STPS da cifras completamente fuera de la realizad, cuando analiza los ingresos de los trabajadores sociales de 20 años de edad en adelante. Según éste indicador, un trabajador social percibe en promedio 9 mil 891 pesos mensuales de salario neto.

Si comparamos el ejercicio hecho en la bolsa de trabajo, con la información del OLA encontramos serias diferencias tanto en el monto de los salarios, como en la cualidad de los de los puestos disponibles.

Otro indicador a nuestro alcance es la ocupación que tienen quienes estudiaron trabajo social. El 42.8% están realizando una actividad acorde a sus estudios; el 13.7%, a pesar de haber estudiado la licenciatura, realizan trabajos a nivel técnico; mientras que el 43.5% realizan un trabajo que no es acorde a trabajo social. Es decir, el 57.2% realiza un trabajo o mal remunerado para su nivel de estudios o alejado de lo que estudiaron, sin que ambas vayan de la mano.

Por otro lado, si revisamos las cifras por actividad económica sabemos que la mayoría de los trabajadores sociales, un 49.1% se dedican a los servicios sociales (sin que la STPS describa qué entiende por servicios sociales); el 20.6% trabajan en el gobierno y organismos internacionales; 14.5% se dedican al comercio; 4.3% a la industria manufacturera y 4.9% a servicios profesionales financieros y corporativos.

Esta misma “radiografía” arroja como resultado que 39 de cada 100 profesionistas en trabajo social laboran en la región centro del país y 78 de cada 100 son mujeres.

Comparemos los datos encontrados en la bolsa de trabajo con las cifras oficiales. Primero, en la mayoría de las ofertas de trabajo, resulta indiferente la preferencia de género. No obstante, que el total de trabajadores sociales asalariados, en su mayoría son mujeres. Este dato es comprensible si consideramos que esta carrera se empezó por mujeres.

Otro dato que podemos deducir es que, durante el periodo analizado, y a partir de la indiferencia en grado de estudios y el tipo de actividad a realizar, se puede demostrar que a través del mecanismo de vinculación común, específicamente por la vía de bolsa de trabajo consultada por internet, se ofertan empleos de baja calidad para la disciplina en estudio, pues es aquí donde se concentra la clasificación que realiza OLA, sobre el sector que a pesar de haber estudiado licenciatura, realiza trabajos a nivel técnico. La mayoría de las vacantes disponibles en Computrabajo son para el levantamiento de estudios socioeconómicos.

Lo más grave es que, los únicos dos casos en que las empresas solicitan en forma tajante trabajadores sociales con grado de licenciatura, la función que pretende asignarles es exactamente la misma que la anterior y los salarios no rebasan los 5 mil pesos. Ello refleja una tendencia hacia la depreciación del tipo de trabajo, que podría darse por una saturación en la oferta de trabajadores sociales, lo cual es difícil de calcular si consideramos que no existe la información pública al respecto. Lo único que afirma la STPS es que de 2009 a 2010, 4 mil trabajadores sociales se incorporaron a las filas de asalariados.

Un dato que resulta incongruente es la correlación entre el 57.2% que realizan actividades alejadas de trabajo social o bien a nivel técnico, aún cuando tienen grado de licenciatura y los datos de actividad económica donde según esto 49.1% se concentra en el área de servicios sociales. Esta incongruencia resulta si consideramos que los servicios sociales son una parte medular en la formación y el desempeño del trabajo social. Y resulta más confuso si consideramos que el OLA clasifica dentro del grupo de trabajo social a “las carreras de nivel licenciatura que preparan profesionistas con conocimientos para interpretar desde una perspectiva integral la problemática social e intervenir en los procesos sociales orientados a la satisfacción de las necesidades sociales y a la realización del hombre en un plano de dignidad humana”.

Otro dato a analizar es el monto, que según el Observatorio Laboral, gana en promedio un trabajador social, de 20 años o más: 9 mil 891 pesos al mes. Si lo comparamos con los resultados obtenidos en la búsqueda de trabajo, vía internet, tenemos que no es por la vía común como encuentran empleo la mayoría de los trabajadores sociales, pues de las 11 vacantes encontradas, el promedio salarial se ubica por bajo de la mitad de lo afirmado por la fuente oficial.

Y una interrogante más. Si tomamos en cuenta que de las 11 vacantes encontradas 8 son para levantamiento de estudios socioeconómicos, ¿dónde están aquellos empleos, distintos a las actividades realizadas por técnicos?

José Antonio Guerrero Morales.
Alumno del 5to semestre, turno matutino
Número de cuenta: 408030115